El liderazgo y la innovación dentro de una empresa están intrínsecamente entrelazados y representan grandes desafíos. ¿Por qué? Porque alcanzar el nivel óptimo en innovación depende, básicamente, de la calidad del liderazgo: mientras las organizaciones cuenten con líderes fuertes y decididos, la innovación fluirá y será más desarrollada.
La ética es clave para los negocios, es una extensión de los valores morales sobre la manera como deben conducirse y desempeñarse las empresas. Trata sobre distinguir las prácticas comerciales correctas de las incorrectas y la adhesión de las compañías a ese proceder, lo cual redunda en beneficios no solo para la organización, sino también para los empleados y clientes. Los expertos sostienen que, sin excepción, las empresas necesitan ser impulsadas por fuertes valores éticos, los cuales se basan en la ideología y la filosofía que influyen en la cultura del trabajo. Sustentada en la ética, una empresa puede crecer y mantenerse en el mundo de los negocios, ya que deja una impresión positiva y duradera en los clientes, ya que genera confianza en la marca y la empresa dentro de una comunicación transparente, clara y directa. El comportamiento ético de una empresa se caracteriza, por ejemplo, por la utilización justa de los recursos comerciales y saber combinar la misión y visión de las
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