La letalidad de la Peste Porcina Africana parece estar cada vez más cerca de su fin. Investigadores de todo el mundo están dedicados a analizarla y hallar su cura.
Con ese propósito, un grupo de científicos españoles del Centro de Investigación bioGUNE de Bilbao, y del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, ha logrado descifrar, mediante una técnica de crio-microscopia electrónica, la estructura tridimensional del virus, requisito imprescindible para combatir su infección, de acuerdo con una publicación del portal Infopork.com (https://infopork.com/2019/11/ investigadores-espanoles- desentranan-la-estructura-del- virus-de-la-ppa/).
Este importante hallazgo acerca más a la arquitectura del virus, lo que permite comprender su ensamblaje y poder interferir en él para erradicarlo. Este descubrimiento permite impedir la formación de la estructura infecciosa y contribuye a la búsqueda de una vacuna frente a este patógeno.
Este avance se suma al conseguido por los científicos del Centro de Vigilancia Sanitaria (Visavet) de la Universidad Complutense de Madrid, que están desarrollando una vacuna oral para combatir la enfermedad en jabalíes.
El ensamblaje de la estructura más externa del virus, de acuerdo con Infopork.com, utiliza una proteína que muestra una forma similar a la que se da en las proteínas encontradas en otros virus capaces de infectar una multitud de seres vivos, desde bacterias a humanos, según el portal.
El virus de la peste porcina africana muestra una alta resistencia ambiental y puede propagarse a través del contacto con cerdos vivos o muertos y, también, mediante el uso de productos y objetos de origen porcino, tales como zapatos, ropa o equipamiento.
En España, la presencia de PPA ha mantenido en alerta a la industria del jamón durante décadas. Su existencia se detectó a finales de 1950, cuando el virus ingresó en la península, lo que causó la prohibición de exportar animales vivos y productos porcinos hasta 1995, señala Agropopular.com (https://www.agropopular.com/ descifrar-virus-ppa-111119/).
Después de que se detectara recientemente esta enfermedad en Europa, es ahora el continente asiático el más perjudicado, ya que en 2018 se extendió por China, Mongolia, Vietnam, Camboya y Filipinas, originando pérdidas para el sector estimadas en 20 millones de dólares al mes.
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