Los cerdos son animales omnívoros. Es decir, pueden comer plantas como animales o carnes. Así que su alimentación puede ser versátil, pero, en todo caso, debe estar muy bien cuidada, sobre todo después del destete, para que la calidad final de su carne sea de la mejor calidad.
Para los animales criados en granjas, los cultivos domésticos son su principal fuente de alimentación. El maíz es uno de sus preferidos, ya que además del sabor no es difícil de digerir y le aporta suficientes carbohidratos. Otros cereales como la avena, sorgo o cebada también le puede ser dada.
Las frutas como manzanas o naranjas también son otra opción en la alimentación, sin dejar por fuera tubérculos como la papa o vegetales como las cebollas y zanahorias. Proveerle este tipo de alimentación resulta favorable también para el criador, ya que si tiene siembra de alguno de estos alimentos puede aprovecharla para sí mismo. Incluso, las sobras pueden dárselas a los cerdos.
Lo importante a tener en cuenta es que al cerdo deben dársele los nutrientes necesarios, que la alimentación sea lo más equilibrada posible a fin de que le garantice las proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que necesita. Los animales bien alimentados engordarán apropiadamente a la vez que se mantendrán más sanos, se reduce la tasa de mortalidad y su carne será mucho mejor.
El cuidado en la alimentación comienza desde pequeños. Cuando son lechones se le debe garantizar el acceso adecuado a la leche materna. Asimismo, se les debe aislar en camas de paja u otro material para que el frío no los perjudique.
Por otra parte, tanto como su alimentación, a los lechones es necesario despejarle las vías respiratorias para que puedan respirar libremente, no cansarse a la hora de la lactancia y de buscar el mejor puesto entre el resto de la camada.
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