La palabra competitividad se usa a diario para medir la eficiencia y eficacia del desempeño en áreas como el deporte, las relaciones internacionales, sectores académicos y educativos y, por su puesto, las empresas.
En este último caso, la competitividad hace referencia a la capacidad de las compañías de producir bienes y servicios para poder competir y lograr mayores cuotas de mercado. Y es que la globalización, los avances tecnológicos e industriales y los vaivenes de la economía mundial, son factores que obligan a las empresas a estar en constante evaluación para mantenerse competitivas en el mercado.
Y aquí entra en juego un aspecto muy importante. Las compañías deben mostrar su capacidad para generar la mayor satisfacción a los consumidores mediante la calidad de los productos y servicios ofrecidos, además de ser capaz de obtener una rentabilidad superior a la de sus competidores.
Así que para aumentar la satisfacción de los clientes, pieza clave en el negocio, hay que tener en cuenta que el entorno actual es cada vez más personalizado. En este sentido, hay que tratar de saber: ¿cuál es la reacción de los clientes al comprar un producto?, ¿qué imagen tienen de la marca?, ¿con qué asocian a la empresa?, ¿cuáles son las principales quejas de los clientes cuando no están satisfechos?
Responder estas preguntas es fundamental para que la empresa pueda posicionarse como un negocio que realmente deja satisfechos a sus compradores.
Además, para el desarrollo de la competitividad la compañía requiere de un personal dinámico con visión de futuro, abierto a los cambios tecnológicos y a la necesidad de la innovación constante para ajustarse a las transformaciones del entorno.
De allí que sea fundamental optimizar los procesos de trabajo, es decir, invertir en productividad, crear una estructura de procedimientos y coordinar equipos de trabajo para que realmente se puedan conseguir los objetivos. Lo que no se mide, resulta muy difícil de mejorar. En este caso, las empresas apuestan por herramientas como el control de presencia y gestión de recursos humanos.
En Purolomo, cuya empresa matriz es Alimentación Balanceada Alibal, están conscientes de la importancia de mantenerse competitivos. Muestra de ello es que en octubre de 2019 organizó la Jornada de Acercamiento Comercial con los principales proveedores de la compañía, ofreciendo estrategias útiles y prácticas para recuperar el poder competitivo de los empresarios venezolanos.
Y, a fin de cuentas, el éxito de un negocio radica, sin duda, en la competitividad.
Y, a fin de cuentas, el éxito de un negocio radica, sin duda, en la competitividad.
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