La salud de las aves de producción es muy importante, sobre todo para garantizar que el producto final que de ellos se obtiene no solo sea de calidad, sino que no represente ningún riesgo para el consumo humano.
Con los cambios que se implementan a diario para garantizar el mejor bienestar de las gallinas ponedoras y de los pollos, como por ejemplo el paso de las gallinas de jaula a suelo, ha hecho extremar las medidas sanitarias, por cuanto las aves estarán más expuestas a sus propios desechos, además de cambios en su comportamiento por mantener su espacio.
Para ello, se recomienda tener una permanente monitorización de los ejemplares y de su entorno (exámenes periódicos a las aves, desinfección de las áreas donde conviven, estudio del alimento), a la vez que se deben adoptar protocolo para que todos estos procesos no impliquen un stress adicional para las gallinas, lo cual además de interferir en la producción de huevos, también puede causarle enfermedades.
Se aconseja estar atentos a la vacunación, determinar cuál es la mejor alimentación y la utilización de probióticos y prebióticos para que tengan buena salud intestinal.
También el manejo por parte del personal encargado de los corrales debe ser el más idóneo. Hay que entrenar a las personas que se encargarán del cuido de las aves, así como del embalaje y traslado del producto final, ya que lo que recibirá el consumidor debe cumplir no solo con el standard nutricional adecuado, sino con las condiciones sanitarias que eviten cualquier tipo de perjuicio para la salud.
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