La experiencia del COVID-19, sin duda, ha sido traumática y a estas alturas del juego, en que los países realizan desescaladas en las medidas de confinamiento, todavía hay muchas dudas en torno a lo que se ha llamado la nueva normalidad post coronavirus.
Muchos hacen el ejercicio de cerrar los ojos e imaginarse como serán las cosas al día siguiente de superada la crisis provocada por el COVID-19, porque finalmente llegó la vacuna y se logró implantar de forma global la inmunización, es decir, el fortalecimiento generalizado de la población frente.
Las empresas seguramente estarán haciendo este ejercicio y, lo más importante, preparándose anticipadamente ante esa nueva situación. En los estos meses de confinamiento con cero actividad en casi todas áreas productivas -a excepción de las especiales como alimentos y salud- las compañías habrán diseñado sus planes de acción a futuro.
La nueva normalidad implica que las empresas deben repensar la dirección de los negocios y esto significa adoptar nuevas estrategias y nuevos modelos operativos para actuar en la nueva realidad lo más rápido posible.
Para las compañías, según los especialistas, ahora es el momento. No se puede perder tiempo en investigar y estudiar las necesidades de los clientes con base en los cambios generados en los hábitos de consumo durante la emergencia sanitaria y el crecimiento de las tiendas y transacciones online.
Otro aspecto perentorio es organizar la empresa de adentro hacia afuera Hay que generar ideas e identificar escenarios (mercado, entorno, colaboradores, aliados y mecanismos de interrelación).
Tampoco se pueden perder de vista los tres elementos cruciales de un negocio: la rentabilidad, la escalabilidad íntimamente ligada al crecimiento y la repetibilidad o capacidad de replicar.
En este camino de prepararse, las compañías deben determinar el nivel de eficiencia y control de costos en sus procesos y operaciones, buscando siempre la rentabilidad a través de crear, proporcionar y captar valor de sus productos y servicios en el mercado de influencia.
En ese día después, la tecnología digital y las redes sociales son el salvavidas más propicio a utilizar. Las empresas deben tener fortalezas en el área de innovación tecnológica, destinándole esfuerzos, recursos y formación y capacitación a su personal.
El COVID-19 cambio las metodologías de hacer las cosas y una práctica para las empresas que se mantendrá en el periodo post es la aplicación de la flexibilidad, la relevancia y las acciones ágiles y oportunas de todos los involucrados en el negocio, acorde con el complejo funcionamiento de una empresa.
Muy importante para ese día siguiente es tener claro el modelo de negocio que se implantará en la mente de todos los integrantes de la compañía.
Los acontecimientos políticos, sociales, económicos y sanitarios en el siglo XX y lo que va del XXI demuestran que se vive en un mundo frágil, donde la aparición de cisnes negros está presente. Ante esto, las empresas tienen que estar preparadas y con las respuestas adecuadas.
Referencias:
https://www.ey.com/es_cr/
https://milagrosruizbarroeta.
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