David Somoza Mosquera
Todo aquel que inicia un negocio siempre se está arriesgando a dos posibilidades: que sea exitoso o que sea un fracaso. Los primeros años, por lo general, suelen ser los más difíciles para lograr su crecimiento, sobresalir en el mercado y conquistar a los consumidores. Incluso, en los momentos duros aparecen los cuestionamientos: se piensa que el emprendimiento no tiene hacia dónde seguir creciendo o que no está dando sus frutos porque los rendimientos no se ven reflejados de forma inmediata.
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