David Somoza Mosquera
Si en algo coinciden las compañías es que la personalidad del líder tiene un impacto directo en el éxito o no de los negocios. De allí que exista el convencimiento de que los extrovertidos son mejores líderes. Por eso, la tendencia hasta ahora ha sido que las empresas se fijen en personas con una personalidad fuerte o «ruidosa» para ocupar los cargos directivos. Resaltan por unos rasgos muy específicos: son enérgicos, carismáticos, influyentes, dominantes, decisivos, seguros y apasionados.
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