Como dice el dicho, lo importante no es llegar, sino mantenerse. Por eso, las organizaciones deben constantemente reaccionar lo más rápido posible a los cambios del mercado, adaptándose a la velocidad de estos y teniendo a la mano respuestas rápidas para garantizar su presencia.
La ética es clave para los negocios, es una extensión de los valores morales sobre la manera como deben conducirse y desempeñarse las empresas. Trata sobre distinguir las prácticas comerciales correctas de las incorrectas y la adhesión de las compañías a ese proceder, lo cual redunda en beneficios no solo para la organización, sino también para los empleados y clientes. Los expertos sostienen que, sin excepción, las empresas necesitan ser impulsadas por fuertes valores éticos, los cuales se basan en la ideología y la filosofía que influyen en la cultura del trabajo. Sustentada en la ética, una empresa puede crecer y mantenerse en el mundo de los negocios, ya que deja una impresión positiva y duradera en los clientes, ya que genera confianza en la marca y la empresa dentro de una comunicación transparente, clara y directa. El comportamiento ético de una empresa se caracteriza, por ejemplo, por la utilización justa de los recursos comerciales y saber combinar la misión y visión de las
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