Se acelera la implantación total de cuarta revolución industrial. Esto se evidencia con el impulso que la tecnología digital y los desarrollos como la robótica o la impresión 3D han recibido durante estos meses de cuarentena y aislamiento impuestos por el COVID-19.
En este contexto, las empresas están frente a un desafío que no se debe obviar: adaptarse a esta revolución. Y, de hecho, muchas son las que ya han abordado ese barco.
Un primer y muy significativo paso es que las compañías en los últimos años han adoptado progresivamente la tecnología digital para aplicarla a sus procesos productivos, operacionales, administrativos, organizacionales y de toma de decisiones.
Es aquí donde el modelo de la industria o la empresa 4.0 entra en escena. La tecnología está dando grandes zancadas e imponiendo transformaciones en las compañías hacia lo interno y lo externo.
Se trata de un salto cualitativo, un cambio de paradigma de las organizaciones empresariales a través de la incorporación de mayores usos de la automatización y la conectividad.
En la era de la información y el avance tecnológico, las empresas 4.0 logran que la transformación digital y la integración y digitalización de los procesos conformen una cadena de valor.
El modelo 4.0 permite a las compañías contar con la adaptabilidad, flexibilidad y eficiencia necesarias para cubrir las necesidades de los clientes en el mercado actual.
Una de las ventajas del 4.0 es la integración horizontal, a través de las llamadas redes de valor de las distintas áreas del negocio: finanzas, ventas, marketing a investigación y desarrollo, por ejemplo.
Otro beneficio del 4.0 está en la capacidad de fabricar productos en lote o de a uno, si así lo requieren las circunstancias, con calidad y precio competitivo igual que si se estuviera produciendo en masa.
Y es que el objetivo de la empresa 4.0 es optimizar sus procesos para entregar una experiencia satisfactoria al cliente, el cual con los avances tecnológicos se ha vuelto más exigente y selectivo.
El modelo 4.0 genera procesos más eficientes en las compañías y contribuye a agilizar la toma de decisiones, pues gracias a la descentralización se mejora la capacidad de identificar y prevenir errores.
Referencias:
https://blog.es.logicalis.com/
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