No importa si no se tiene mucha experiencia y se piensa en abrir un negocio o, si por el contrario, ya se tiene tiempo al frente de uno. Abrirse a los cambios siempre trae consigo temor ante la incertidumbre de lo que vendrá.
Por eso, lo ideal a la hora de comenzar o de relanzar un negocio es tener presente que la originalidad puede marcar la diferencia no solo frente a la competencia, sino también ante los propios clientes y consumidores.
Ese valor extra que se le puede dar al mercado será lo que, a la larga, determine el éxito o fracaso de un negocio, independientemente de que sea nuevo o ya establecido. Ofrecerle al mercado un producto o un bien diferenciador hará, entonces, la diferencia.
Bien sea para iniciarse o para evolucionar, hay que estudiar el entorno en el cual la empresa se desenvuelve, cotejar las oportunidades y enfrentar los posibles obstáculos con éxito. Hay que ver los problemas como la oportunidad de crecer y avanzar.
En esa tarea es importante estar al día con las tendencias que marcan la pauta en la rama del negocio que se está enfrentando. No tiene sentido buscar y aplicar aquellas que son ajenas a la empresa que quiere dar ese nuevo paso.
Tener claro el terreno que se va a abordar representa casi la mitad del éxito asegurado. El resto se consigue haciendo jugadas estratégicas, las cuales, junto con los estudios de mercado, permitirán conocer el comportamiento de los consumidores hacia los bienes y servicios que presta la compañía; qué espera el público de esas novedades que se ofrecerán para hacer esa nueva experiencia algo agradable; cómo hacer que perdure en el tiempo. Todos estos factores deben tomarse en cuenta cuando se decide cambiar la orientación ya establecida, o cuando se quiere establecer algo nuevo.
Ver más allá de la competencia también es importante. Normalmente, cuando se quiere hacer una transformación se busca qué le falta a los similares para ofrecer esa ausencia como el factor a explotar, a fin de cubrir ese nicho.
Sin embargo, ver la experiencia de otros empresarios y líderes exitosos, que no necesariamente deben ser del mismo ramo, también resulta una buena opción. De esta manera se amplía el radio de acción, sin copiar lógicamente, pero sí adoptando aquellos modelos y estrategias que, en la práctica, ya han sido probados y funcionan.
Así se garantiza que esa transformación que se busca llegará a buen puerto. El éxito de este cambio se verá en la operatividad y rentabilidad de la empresa a largo plazo.
Referencias:
https://emprendeconexito.co/5-
https://www.abogado.com/
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