El conocimiento y la experiencia de los otros representan una gran oportunidad para optimizar los negocios y el crecimiento empresarial. En este contexto entra el benchmarking como un instrumento de gran ayuda para las compañías.
Consiste en un proceso continuo mediante el cual se toman como referencia los productos, servicios y procedimientos de las empresas líderes con la finalidad de compararlas con nuestra compañía y poder corregir, realizar e implantar mejoras internas.
Desde el siglo XIX, las empresas han estudiado a la competencia para mantenerse en el mercado. Sin embargo, es a partir de la década de 1980 cuando el benchmarking toma mayor importancia dentro de las compañías.
Y las cosas han ido mas allá con la transformación digital y la irrupción masiva de los startups. Esto significa una carrera por la atención de los clientes potenciales de forma cada vez más compleja para las empresas.
El benchmarking presenta una doble finalidad. Por un lado, permite conocer los errores y aciertos de la competencia y, por el otro, saber la situación interna de la propia compañía.
Este último aspecto es muy importante porque implica ese conocerse a sí mismo con sus fortalezas y sus errores, lo cual permite corregir, optimizar y poner en práctica medidas internas que favorecen el desempeño de la empresa, redundando en mejores resultados operativos y comerciales.
Pero ese análisis hacia lo interno y lo externo de la compañía no debe detenerse nunca si se quieren cumplir los planes corporativos a corto, mediano y largo plazo. Es un error que una empresa deje de lado, espacie o retrase el benchmarking.
Es importante aclarar que la comparación de cómo están los competidores no significa copiar sus soluciones, pues se trata de aprender de la experiencia y el descubrimiento de los demás para mejorar el desempeño propio de la empresa. A diferencia de la copia, el benchmarking exige un aprendizaje constante y adaptabilidad.
Con este proceso también se descubren ideas innovadoras aplicables a la competencia, así como la identificación de habilidades y fortalezas de la competencia para el mejor posicionamiento en el mercado.
Son muchos los objetivos corporativos inherentes al benchmarking. Entre ellos están: definir nuevos conceptos de análisis, perfeccionar procesos, identificar áreas a mejorar, optimizar la comunicación empresarial, ajustar la organización a mejores prácticas de mercadeo y plantear nuevas estrategias adelantándose a los competidores.
En otras palabras, benchmarking para conocer las empresas por dentro y por fuera.
Referencias:
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